El Temazcalli viene de la lengua ancestral del nahuatl y que quiere decir: “piedra caliente en el interior de la casa”, de “tetl” (piedra) y de “calli” (casa). El temazcalli es la casa de la humildad, de la limpieza interna, simboliza el vientre de nuestra madre la tierra que, al igual que en el vientre de nuestra madre corporal en el que nosotros estuvimos nueve meses, nos guarda y nos reconforta. Ella nos contiene, ahí nos espera pacientemente para alumbrarnos, a nosotros sus hijos, a la verdadera vida, la cual está llena de plenitud y conocimiento. Y para vivir esta plenitud, como nos aconsejan los ancianos, es necesario afinar nuestros pensamientos y actos para así lograr una relación madura con todo y con todos los que cotidianamente nos rodean. El Temazcalli nos alienta a conseguirlo. En el interior del pequeño universo que es el Temazcalli nos despojamos de todos los adornos y vestiduras que cubren nuestro cuerpo verdadero para exponernos en libertad y ante uno mismo.
En esta forma nos descubrimos sinceros y hermosos como la tierra que nos sustenta, disfrutando de esta sencilla ceremonia en la naturaleza y comprometiendo una visión más real y humana del mundo en que nos hallamos inmersos. El Temazcalli ancestral, lugar de reunión de los sabios ancianos de diversos pueblos americanos, ha subsistido hasta nuestros días, y esto gracias al empeño de los escasos seres que desean saber y que ellos mismos se convierten en guardianes de las tradiciones culturales y espirituales del mundo, entendiendo culturales como el conjunto de valores profundos que han sostenido a los pueblos en paz y armonía durante siglos; y espirituales, como el ciclo de enseñanzas que recibimos con la alegría y el infinito placer de aprender en libertad.
Autor: Inocente Morales Baranda, “Teuctli"
Fragmento tomado de “La Biblioteca de las Maravillas”; Senderos de Luz, Recopilación de Textos: José Antonio Iniesta. EL TEMAZCALLI, Enseñanzas de los venerables ancianos de la tradición chichimeca.
